Recorrí tu cuerpo varias veces y volví a sentir el sabor y olor de tu
deseo, la textura de tu piel, me raspe los labios con tus nacientes vellos
(bellos) y se inundó mi nariz, no en tu pecera sino en tu empapado sexo del
cual bebí hasta la saciedad. La saciedad de los dos.
Lindo, lindo! De vivir... estoy encantada!
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